Fotografía tomada de la red |
A partir del lunes, durante unos días no entraré en el blog. ¡Sed buenos! Estaré ahí arriba.
El secreto de mis éxitos y de mi fortuna se halla, a buen recaudo, dentro de mi hacienda. De vez en cuando un muro se comba, como barriga de embarazada, y la cal escupe una uña, un mechón de pelo, un cartílago, algún hueso, todo lo que no puede digerir. Paso la escoba, sello las grietas con cemento, pinto la pared. Y la casa vuelve a su condición de sepulcro blanqueado.
Este micro no es un muerto, te ha quedado muy vivo Lola, y es un puntazo y muy crítico...
ResponderEliminarDescansa, disfruta.
Besicos
Y lo mismo se puede aplicar a nuestro cuerpo, que casa es al fin y al cabo. Muy certero.
ResponderEliminarBesos.
Buf, me encanta la aparición de la escoba. Es un detalle genial, made in Lola. Descansa, pero vuelve que ya se te echa de menos.
ResponderEliminarAbrazos, besos.
Feliz descanso!!
ResponderEliminarQué fuerza tiene tu micro!! empezando por el título, me gusta mucho Lola,
Un abrazo
Lola, me ha gustado como has descrito esta casa y sus secretos.
ResponderEliminar¡Descansa estos días y seremos buenos, pero tú también!
Besos reconstituyentes.
Gracias, Rosana, por verlo vivito y coleando.
ResponderEliminarLa casa principal, Juan, sin ella, nada somos.
La escoba barre todo, lo bueno y lo malo, Agus.
Gracias, Paloma.
Abrazos a repartir.
Gracias, Nicolás. Volveré con la piqueta para dejar a la luz los secretos inmobiliarios.
ResponderEliminarAbrazos a pares.
Seguimos hablando de banqueros, y ahora de sus chozas?
ResponderEliminarCuándo vuelves, por la mañana o por la tarde??
LLévate esto, Lola, para el camino: dos besos.
Vaya micro. Me sumo a lo dicho por otros.
ResponderEliminarQue vuelvas pronto. O cuando quieras.
Por aquí te leeremos.
Un abrazo
Muy bueno Lola.
ResponderEliminarEsperaremos tu vuelta... que sea pronto.
Un saludo indio
El sábado estaré por aquí, dando la vara, Miguel Ángel.
ResponderEliminarYa estoy volviendo, Carlos, con la cara como un carámbano.
En menos que canta un gallo, Indio.
Abrazos calentitos para todos.
Excelente, Lola; esa casa que como los bebés vomita todo lo que le sobra.
ResponderEliminar¡Que disfrutes!
Un abrazo.
Me gustó mucho, me llegó la maravillosa imagen del muro que se comba como barriga de embarazada,,, interesante un sepulcro que escupa sus novedades ( o aquello que no asimila),,, los principios y los finales siempre vienen mezclados,
ResponderEliminarUn abrazo.
Me atrapa la imagen de la pared embarazada y también la escoba, como dice Agus.
ResponderEliminarFeliz paréntesis. Esperemos que vuelvas cargadita de relatos, como los papás que se van de viaje (...con regalos).
Inquietante, ese parto por parte de la casa, lo que nace, por mucho que se barra y blanquee, ¿qué es?
ResponderEliminarUn beso y que descanses
No quiero saber yo los cadáveres que esconden esos muros. Me imagino una mansión, rellena con las personas que se ha llevado por delante el potentado. Un beso y que descanses, de lo que sea.
ResponderEliminarMe da que esa casa glotona tiene un dueño avaro...
ResponderEliminarGenial. Qué disfrutes de tu descanso. Besos.
Felicidades por este micro tan crítico de haciendas y sepulcros en los que algunos siempre 'ganan' y otros pierden también siempre.
ResponderEliminarFeliz descanso y un abrazo.
Me he quedado como emparedada leyendo este micro, eso de escupir uñas me ha llegado al alma. Bravo, Lola, sabes cómo llegar al lector tanto de una manera dulce como de la más macabra.
ResponderEliminarMil besos.
Vale, me ha gustado mucho tu micro, pero vuelve pronto ¿vale?
ResponderEliminarBesitos
Descansa, Lola, que vuelvas con una fuerza arrolladora. Besos.
ResponderEliminarLola, querida, FELICIDADES por tu mención especial en 1111 caracteres.
ResponderEliminarEstoy deseosa de que lo publiques y leer tu micro : CENSURA.
Enhorabuena, de una que se quedó perdida entre los 966 micros que les llegaron.
UN BESOTE!!
Uy! creía que ayer te había dejado un comentario en Intramuros ....ahora no lo veo ....buf!, ¡qué lío!.
ResponderEliminarUna buena mano de chapa y pintura introspectiva nunca viene mal!
ResponderEliminarun saludo
Raúl
Me gusta el símil del cuerpo humano corrompiéndose y arreglándose con chapa y pintura, mientras la corrupción del alma permanece a buen recaudo. Realismo.
ResponderEliminar¡Qué buenísima metáfora alzaste! Tal cual. Hemos vuelto a la época de la industrialización. Y a ser carne de cañón...
ResponderEliminarBesos
Debe estar hasta arriba, Pedro.
ResponderEliminarBueno, Ojeda, se escupe porque ya no se puede asimilar más.
Cargadita de pilas, espero, Susana. De relatos, no.
¡Ay, Luisa, qué parto más horrible!
Tú lo has dicho, Mar, todo lo que se ha llevado por delante ahí, entre sus muros.
Sara, la casa engulle todo lo que le echen.
Así es Laura, de momento ganan los
malotes.
Dulce veneno, Maite, entra muy bien y te deja la cara de felicidad hasta muerta.
Ya estoy de vuelta Elysa.
Arrollar, arrollar, Manu, el tren de las cinco.
Gracias, Laura. Ya lo pondré por aquí.
Sobre todo para blanquear dinero, Raúl.
El de la mansión no creo que tenga problemas con el alma, convive con ella, negrísima, y tan ricamente, Ximens.
Carne de cañón, Gemma, así es.
Besos a puñados a repartir.