26/9/10

LA PIEL




Cuando me secaba con la toalla después de la ducha, me di cuenta de que la piel se estaba separando de la carne del empeine de mi pie derecho. Le puse mucha crema, la cubrí con un calcetín negro y bajé a la calle. En el jardín, las varas de los rosales se habían coronado con los primeros capullos, y a cada lado de la calle las mimosas pintaban con lunares amarillos un cielo sin nubes. Abrí el coche y antes de ponerlo en marcha, volví a mirar mi pie. La piel se había marchitado hasta el tobillo. En la oficina, me levanté cada media hora de mi silla de trabajo para ir a los servicios, quitarme el zapato y el calcetín y comprobar el avance del proceso. A eso de las doce, había llegado hasta la rodilla. Salimos a tomarnos unos sándwichs y retoqué mi maquillaje varias veces para poder observar mi cara en el espejito de la polvera. A las cinco de la tarde, cuando bajábamos apretados en el ascensor, sentí el roce de la piel seca en el tejido del pantalón, a la altura de la cadera. Volví a casa deprisa, me desnudé frente al espejo y evalué la situación. Fui al teléfono y avisé a Maribel de que me encontraba enferma y no iría al día siguiente al trabajo. Por la noche, me preparé un sándwich de lechuga y tomate, vi un rato el canal Natura de la televisión y después me fui a dormir. Soñé con camaleones de uñas largas y escamas con los colores del arco iris, que sacaban sus lenguas enrolladas, las soltaban como un látigo y silenciaban el canto de los grillos. Soñé que yo babeaba por uno de aquellos grillos. Por la mañana, el proceso había llegado hasta los brazos. Mientras desayunaba un café con leche y una tostada, aplasté una hormiga que caminaba por la mesa. Me llevé el dedo hasta la boca y chupé la hormiga pegada. A media mañana mi cara estaba envuelta en un pellejo parecido a las tripas para hacer chorizos. Me desnudé y volví a mirarme en el espejo. El proceso se había completado. Me senté en el suelo y con las dos manos comencé a subir desde los pies, como hacía con las medias, aquella piel muerta, hasta sacarla por la cabeza. Acabé a mediodía. Eché la muda a la basura, me vestí y salí de casa. Fui a la consulta del médico para pedir el justificante y mientras esperaba, sonreí al imaginar que al día siguiente, como venía ocurriendo todas las primaveras, ellas comentarían con envidia el aspecto delicado de mi piel, igual que la de un recién nacido, y me pedirían consejos y el número de teléfono de mi esteticista, y ellos se acercarían a mi mesa para intentar conseguir una cita
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22 comentarios:

  1. Qué bueno.Qué bien llevado hasta la sorpresa final y qué magníficamente escrito.

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  2. Como siempre, una prosa digna de elogio y el tema recurrente de los sueños y las imágenes surrealistas. Me ha encantado el momento de desnudarse de su propia piel. Fantástico, Lola. Un gran trabajo. El final, yo lo hubiera dejado más cortito, pero eso...es sólo cuestión de gustos. Un beso.

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  3. Buenos días, Elisa. Encantada de verte por aquí y agradecida por tu comentario.

    Besos.

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  4. Hola, Maite. Muchísimas gracias por ser tan generosa con mis relatos.

    Abrazos.

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  5. Me fue recordando a la metamorfosis hasta el inesperado giro final. Me gustó mucho la idea de mudar la piel. El final redondo, redondo.

    Un abrazo

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  6. Gracias, Agustín, tú siempre tan amable.

    Abrazos, mil.

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  7. Qué bien mantiene guardado su secreto la mu víbora. La verdad es que la naturaleza nos podía haber dotado de esa cpacidad para mudar la piel junto con la capacidad de regeneración de las lagartijas( si pierdes una mano que te crezca otra por ejemplo no estaría nada mal).
    Lo que me ha gustado de este texto es la escritura y como de un terror que creía compartir con la prota(muy bien llevado ahí) he pasado a el asombro ante un proceso tan natural para ella(mientras lo siga manteniendo en secreto claro, imagina que la abrazan justo en pleno proceso, qué escalofriante).
    Haces que parezca tan sencillo.
    R.A.

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  8. Excelente texto, muy bien llevado hasta el comienzo del nuevo ciclo.

    Felicidades.

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  9. Es que entonces no seríamos humanos ¿o sí?
    Muchas gracias, Rosana.

    Besos, mil.

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  10. Psst no sé Lola. Ayer vi que se me estaba empezando a descamar el pie derecho....


    R.A.

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  11. Me ha encantado. Me alegra haber caído por aquí. Volveré más veces, con tu permiso.

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  12. Me gusta mucho, Lola, cómo nos haces pensar que ella sufre por la muda de piel, que ella está asustada, cuando en realidad es un proceos que ocurre cada año y la renueva. Haces que creamos suyos nuestros propios temores y ése me parece un logro excelente.

    Enhorabuena, estupendo micro.

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  13. ¿Y no será que eres tan encantadora que, en lugar de encantar serpientes, te quedas con la muda, Rosana?

    Y mi monstruo más monstruoso en eso de combinar letras y frases, asoma su cabecita por aquí para darme una alegría.

    Besos a repartir entre los dos.

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  14. Sorprendente final y mejor desarrollo, pero tengo un pero que me ha despistado al principio y que te comento:
    Me sobra lo de aplicarse crema, pues la asocio a lo curativo y en este caso es un proceso para ella conocido y natural.
    Besos.

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  15. Gracias Juan por darme tu opinión. Lo de la crema, no obstante, no lo veo como tú. Ese gesto no es curativo para la piel que se cambia, sino para la que queda, algo que hacemos cuando nos estamos pelando después de quemarnos con el sol.

    Besos, millón.

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  16. Dicen que alcanzar el sueño acariciado de la eterna juventud siempre supone pagar un elevado precio... Como perder nuestra condición humana, por ejemplo. Pero bienvenido fuese si se limitase a adquirir un cierto apego alimenticio por los insectos.

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  17. Angustioso, espeluznante, muy bien contado. Uf, Lola, qué cosas.

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  18. muy bueno!
    está narrado de una manera impecable.

    te paso la dirección de mis blog para que te des una vuelta cuando puedas
    www.elblogdeescarcha.blogspot.com
    www.palabrasqueconjuran.blogspot.com

    gracias y Saludos!!!

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  19. Hola Bea, bienvenida al blog, un placer recibirte. Gracias por comentar.

    Puñado de besos.

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  20. Muy buena reflexión,odys69. Muchas gracias y bienvenid@. Pasa y siéntate, estás en tu casa.

    Saludos.

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  21. Muchas gracias escarcha por visitar el blog y dejar tu comentario. En cuanto pueda me paso por los tuyos.

    Besos.

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  22. Gracias Woody por pasarte por aquí. Tienes la puerta abierta de par en par para que entres cuando quieras.

    Jose Manuel, encantada con tu comentario y con tenerte aquí. Muchas gracias por tu comentario.

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