CALMA CHICHA
El contable volvía a casa al anochecer y cenaba con su mujer en silencio. Después ella dormía el aburrimiento frente al televisor y él retiraba su hastío al cuarto de invitados. Sobre la cama de matrimonio, el cocodrilo seguía creciendo. Hasta que llegó el despido. Esa noche, él dio un puñetazo en la mesa y gritó: “¡La sopa está fría!”. Ella le tiró la sopera a la cabeza. El saurio bajó de la cama y corrió por el pasillo. Lloró mientras los devoraba.
El contable volvía a casa al anochecer y cenaba con su mujer en silencio. Después ella dormía el aburrimiento frente al televisor y él retiraba su hastío al cuarto de invitados. Sobre la cama de matrimonio, el cocodrilo seguía creciendo. Hasta que llegó el despido. Esa noche, él dio un puñetazo en la mesa y gritó: “¡La sopa está fría!”. Ella le tiró la sopera a la cabeza. El saurio bajó de la cama y corrió por el pasillo. Lloró mientras los devoraba.
¡Leñe que no vi el de Eñe!
ResponderEliminar:ddddd
Este es uno de los finalistas a los que me refiero cuando digo que no desmerecen.
Me ha gustado tiene un toque a lo Javier Tomeo(altamente recomendables sus microteatros y microrrelatos de Historias Mínimas)
Bechos
R.A.
Pues habrá que leer a Javier Tomeo. Gracias R.A.
ResponderEliminarPuñado de besos.