PARA QUE VUELVAS
He ido tachando de la lista todas las cosas que querías que hiciera. Y sin embargo no apareces. Me levanto a la hora en que aún sueñan los duendes. Amanece entre los árboles de la Casa de Campo. Café y tostada. Ducha. Vaquero y camiseta ajustados. Dejo la cama sin hacer. Cojo el treinta y nueve y enseguida estoy en la Plaza de Oriente. Me descalzo y camino, con los zapatos en la mano, hacia la calle Arenal. Mis pies reconocen las arrugas del paso de cebra, las junturas de las losetas, los hoyuelos de sonrisas antiguas. A veces noto un aliento en la nuca y me giro esperando ver tu mano en mi hombro. Es sólo un soplo de aire tibio. “¡Suéltate, mujer!”, dijiste. Y lo intento. Pero algo debe quedarme por hacer. Llego a nuestra cafetería y pido una copa de helado de chocolate, el que más engorda. Lo tomo a cucharaditas mientras observo las ventanas del Palacio de Gaviria. Sé que me vigilas.
He ido tachando de la lista todas las cosas que querías que hiciera. Y sin embargo no apareces. Me levanto a la hora en que aún sueñan los duendes. Amanece entre los árboles de la Casa de Campo. Café y tostada. Ducha. Vaquero y camiseta ajustados. Dejo la cama sin hacer. Cojo el treinta y nueve y enseguida estoy en la Plaza de Oriente. Me descalzo y camino, con los zapatos en la mano, hacia la calle Arenal. Mis pies reconocen las arrugas del paso de cebra, las junturas de las losetas, los hoyuelos de sonrisas antiguas. A veces noto un aliento en la nuca y me giro esperando ver tu mano en mi hombro. Es sólo un soplo de aire tibio. “¡Suéltate, mujer!”, dijiste. Y lo intento. Pero algo debe quedarme por hacer. Llego a nuestra cafetería y pido una copa de helado de chocolate, el que más engorda. Lo tomo a cucharaditas mientras observo las ventanas del Palacio de Gaviria. Sé que me vigilas.
Sin saber que era tuyo este micro era uno de los que me gustaban pero confieso que algo me decía que detrás había alguien cuya escritura me gusta. Era Melisa el pseudónimo? Creo que era algo así.
ResponderEliminarBesos morenos(pero no en exceso, café con leche más bien que está la capa de ozono muy joía).
Bueno, hay personas que son capaces de saber quién está detrás de un escrito, debe de ser tu caso. Y sí, mi seudónimo era Melisa. ¿Participaste? Si es así, me gustaría leer tu micro, si no es molestia.
ResponderEliminarHaces bien en proteger tu cuerpo serrano.
Besos R.A.
Uff, esa sensación la conozco, qué bien relatado.
ResponderEliminarMe gusta mucho tu blog y tu escritura... volveré!
Gracias Anita, siempre serás bien recibida.
ResponderEliminarAbrazos.