La luna con sus ojitos de sueño en la pared. La colcha
con el pico deshilachado por las uñas de Bigotes. El vendedor y el puesto con
las naranjas, los limones, las coles y el pimiento. La excavadora y los
playmobil con sus cascos, palas y picos. Todo igual que lo dejó la infancia
interrumpida.
Para escuchar la lectura del relato clicar aquí. A partir del minuto nueve.
Me anticipé al dejarte mi pensamiento, mi emoción en la segunda parte de mi comentario en Larga travesia de esperanza.
ResponderEliminarAhora que le veo ya aqui solo puedo decir lo que allí se me escapaba del sentimiento y de la razón.
El complemento fue, es, escucharte en la entrevista.
Un abrazo, Lola Sanabria
Gracias, querida Cora. Tú ya sabes.
ResponderEliminarUn abrazo a lo grande.
La infancia siempre trae recuerdos. Felicidades por el premio.
ResponderEliminarAmargos unos, otros dulces. La vida.
ResponderEliminarAbrazos.
Tremendo.
ResponderEliminarBesos.
Bien los sabes, Juan.
ResponderEliminarAbrazos grandes.