La piel de un bebé,
fina y delicada, llama a la caricia suave, para no dejar mácula. El tiempo es
aún un leve soplo de vida. Duele verla cuando el roce de un pañal, o de una sabanita
deja su marca roja. Los padres buscan la esponja que mime, el gel que lave sin
dañar, la crema y el aceite que nutran, la colonia que alimente el olor a
recién nacido en la casa.
Y pasan los años.
La cicatriz en la rodilla de aquella caída durante una
carrera en la niñez. La quemadura en la espalda cuando nos creíamos inmunes al sol,
en una playa cualquiera, jóvenes y sin más futuro que la inmediatez del día
siguiente, y el cine y el beso de enamorados. La flexibilidad, como piel de
tambor, de la barriga, si eres ella y madre. La cuna en los brazos cuando eres
él y padre. El primer racimo de pliegues alrededor de los ojos. Los enfados,
surcos pequeños y perennes en el entrecejo y la boca. Las risas en finas líneas
en las mejillas. Las primeras manchas pardas en las manos. La rugosidad en las
rodillas. Los pellizcos en los brazos. El tiempo, condensado y veloz, deja su
rastro en la piel. Miramos el pasado. Envidiamos esas fotografías donde aún
conservábamos la lozanía. Las estaciones pasan el cepillo de púas por la
tersura y la mancillan. Acercamos una mano a la nariz y ya no huele a bebé, ni
a juventud. Queremos atrapar el segundo, el minuto, la hora, el día, el mes, el
año; que no se nos vaya. Dar un paso atrás. Y otro. Y otro más para llegar a
donde todo comienza. Pero aquí estamos, mirándonos en el espejo, cuarenta y
cuatro años cogidos de la mano. Y vemos la huella y el reflejo de mucha vida en
el mapa de nuestra piel.
Tan bello que corta la respiración. Una vida dentro de palabras que parecen diamantes que el tiempo ha transformado en pedacitos de piel, de vida.
ResponderEliminarLo mas hermoso en forma y fondo que te he leido hasta ahora.
Enhorabuena!
... y felicidades conjuntas por el fondo
Brillantes son tus palabras de elogio, querida Cora.
ResponderEliminarAbrazos a pares.
¡Qué linda imagen! Y no me refiero solo a la foto, que también, me refiero a la que nos transmites con el relato, breve, de una larga vida.
ResponderEliminarMe encanta esa imagen final que refleja también la fotografía, 44 años cogidos de la mano.
Precios y tierno.
Saludos Lola.
Muchas gracias Yashira.
ResponderEliminarPar de abrazos.
Un gran orgullo ser participe de todo ese tiempo junto a ti.
ResponderEliminarPrecioso!
Oye, no habrás visto por ahí al diablo que anda haciendo ofertas de compra de almas?
Beso gordo.
No, guapo, no he visto al demonio compraalmas, seguro que anda muy atareado con toda la corrupción que hay.
ResponderEliminarBesos gordos.