pajaro.alambre@gmail.com
Te he dejado el comentario en la nave. Me ha encantado. Muchos abrazos veraniegos
Ya, ¿y el contrabando de anchoas en el maletero, qué...?Abrazos, siempre
Por allí pasé ayer y me reí. Ay, es que me imaginé a tu santo Juan intentando aclararle algo al exaltado y a ti al fondo casi queriendo no estar pa no liarla. Qué bueno, Lola.Un besazo
Me encanta que te haya encantado, Elena.Yo creo, Amando, que como bien dices, la Autoridad se olió la anchoa.Tal y como lo cuentas, Miguel Ángel, así pasó.Triple de abrazos.
Con qué gracia está contada esta anécdota. Me he reído un rato leyéndola. Un abrazo.
Se trataba de echar unas risas, Nenúfar.Abrazos, muchos.
Te he dejado el comentario en la nave. Me ha encantado.
ResponderEliminarMuchos abrazos veraniegos
Ya, ¿y el contrabando de anchoas en el maletero, qué...?
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Por allí pasé ayer y me reí. Ay, es que me imaginé a tu santo Juan intentando aclararle algo al exaltado y a ti al fondo casi queriendo no estar pa no liarla. Qué bueno, Lola.
ResponderEliminarUn besazo
Me encanta que te haya encantado, Elena.
ResponderEliminarYo creo, Amando, que como bien dices, la Autoridad se olió la anchoa.
Tal y como lo cuentas, Miguel Ángel, así pasó.
Triple de abrazos.
ResponderEliminarCon qué gracia está contada esta anécdota. Me he reído un rato leyéndola.
Un abrazo.
Se trataba de echar unas risas, Nenúfar.
ResponderEliminarAbrazos, muchos.