http://www.rtve.es/alacarta/audios/wonderland/wonderland-conte-politicament-incorrecte/2052929/ A partir del minuto 56.
Durante el recreo, se sienta en un banco del patio. Yo lo observo desde una distancia prudencial, ni muy cerca ni muy lejos, para no agobiarlo. Pasa una chica por su lado. Me preparo para intervenir. Se levanta. Le toca el culo. Y se arma. Porque ella le da un empujón, lo insulta y grita, y él le levanta la mano. Entonces voy y le digo al chico que no pegue. Entra en un bucle. No me quiere. No me quiere. No me quiere. De nada sirve que le explique mil veces que no puede obligar a nadie a quererlo.
Tus escritos son garantía de éxito. Me gustan Enhorabuena.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!
ResponderEliminarBuen ritmo, bien expresada la situación.
Así difícil salir en antena los demás...
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Mil gracias, Anna.
ResponderEliminarPero ¿tú envías, David? A ver si vas a ser como el del chiste que quería que le tocara la lotería sin echar.
Abrazos a pares.
Que más puedo añadir a lo que dice Jordi Muñoz?
ResponderEliminarSi, quizás que yo sitúo esta dolorosa Intolerancia en otro lugar menos amable que un parque, más dolorosa incluso para el protagonista y para quien permanece alerta para intentar llevar algo de consuelo a quien me temo que seguirá entrando en bucles sucesivos.
Sabes plasmar la vida con precisión de orfebre, incluso la vida de los que, no sé por qué, siento que la tienen más complicada que las del común.
No hay desesperanza al final: Queda la mirada, nada indiferente de la escritora, para contarnos otras maneras de sufrir lo que al cabo no entendemos.
Eres parte ya, dicen ellos y opino igual, de este Wonderland que tienen tus relatos en tan alta consideración.
Bellísimo y doloroso.
En cualquier etapa, o situación particular de las personas, deberiamos de estar atentos para intervenir cuando la posesión es la conducta predominante del individuo.
ResponderEliminarMuy acertado este relato para el momento que vivimos.
Querida Cora, tú también tienes una visión muy aguda para ver y sentir lo que hay en este relato.
ResponderEliminarLa intolerancia al no está ligada a quien no tiene herramientas ni/o una educación que lo haga aceptable, Juan, como bien dices.
Abrazos a pares.
Felicidades, Lola. Lo ganas todo, por algo será. Un buen relato sobre el acoso y la falta de educación y respeto.
ResponderEliminarGracias, Ximens, por dar tu punto de vista.
ResponderEliminarAbrazos pareados.
Felicidades, Lola.
ResponderEliminarEs un texto que revela un instante presente que, con una destreza magnífica, nos permite imaginar y construir una historia que sucede - o puede suceder - realmente en un futuro. Ficción, técnica y talento, otra vez. Magnífico.
Abrazos, besos.
¡Bravo, Lola!!
ResponderEliminarUna vez más, te llevas el gato al agua dejándonos un ejemplo de cómo hay que escribir para que te llamen escritor/a.
¡Enhorabuena!
Un abrazo.
Muchos adjetivos, Agus, para mi contento.
ResponderEliminarPedro, una manía esta de escribir que tú también padeces.
Doble de abrazos.
Felicidades Lola.
ResponderEliminarUn saludo.
Que confundidos están algunos jóvenes y que mal educamos. Lo has boradodo en tu micro. Felicidades.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Brillante, Lola. Y felicitaciones por el galardón. ¡Saludos!
ResponderEliminarUna vez más Lola, describes una situación que por desgracia está muy presente en la sociedad, y que hasta ahora estaba prácticamente circunscrito a los adultos, pero ahora incluso ha contagiado a los jóvenes . Nunca es suficiente la labor de denunciar los abusos. Gracias por luchar contra el intento de posesión del otro. Besos. Gloria
ResponderEliminarMil gracias, Miguel.
ResponderEliminarLa educación, Casa, es el pilar de la sociedad.
Muchas gracias, Juan.
Gloria, la cosificación de las mujeres caló muy hondo, hace falta mucha educación y tiempo para erradicarla.
Abrazos a repartir.
Lola, con tu excelente precisión (rasgo sobresaliente en tu literatura, y no descubro nada), plasmas, en un primer momento, una amenazadora situación externa (la del patio). Y de aquí me conduces al descubrimiento de una dolorosa situación interna (ese bucle de ideas torturantes, necesidades insatisfechas, miedos…) que el chico, desde mi punto de vista, no sabe gestionar.
ResponderEliminarEnhorabuena y un abrazo.
Lo que más me impacta de esta historia es que los protagonistas sean tan jóvenes, ¿es que nunca va a parar la violencia? Ojalá fuera sólo, como este excelente micro, ficción.
ResponderEliminarUn beso admirado.
Y felicidades.
Tú lo has expresado muy bien, Nenúfar, una dolorosa situación interna que el chico no sabe gestionar. Buen ojo.
ResponderEliminarEn la educación y la aceptación de las frustraciones, Yolanda, creo que está la solución.
Abrazos a pares.
Hay micros perfectos, redondos como éste, sobre los cuales pienso que cualquier elucubración mía no haría más que empañarlos.
ResponderEliminarSólo esto entonces: mil felicidades, multipremiada Lola!!!
Muchísimas gracias, Patricia.
ResponderEliminarAbrazos, los que quieras.
Da lo mismo, quizá el amor sea entrar en un bucle, como la vida.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Tal vez sí, Amando. Al menos para este chico así es, pero lo pasa mal.
ResponderEliminarAbrazos triples.
Claro y edificante, Lola. Un abrazo.
ResponderEliminarMil gracias, Ana.
ResponderEliminarAbrazos calentitos.