David Moreno, con esta hermosa reseña, que suscribo, me brinda un lugar de acogida para contarte un sueño-deseo:
En el y a modo de medicina alternativa, cada premio, mención, cita, elogio... obtenidos a lo largo de tu vida literaria, iban haciéndose un hueco dentro de ti, que ahogaba sin remedio el espacio usurpado por esa bacteria malvada y desleída, con nombre de autogiro.
Pretende un protagonismo que no se merece y que el cariño de todos tus lectores acabará por eliminar fulminantemente.
Lola, por el comentario de Cora, deduzco que andas pachucha. Alojar una bacteria con nombre de autogiro debe de ser, como mínimo, un incordio. Te deseo una pronta recuperación. En cuanto a las reseñas de tu libro, te felicito; todas ellas cálidas, ajustadas y merecidas.
Un abrazo para ti. Una orden de desahucio para la bacteria.
La leí en mis vacaciones en un momento que tuve acceso a internet. Se nota que, además de que se ha leído tu libro (yo sigo en ello, me lo voy tomando a pequeños sorbos), te conoce bastante bien este indio (cuidado, dicen que antes cortaban la cabellera, y tú tienes una buena mata, Sanabria). Un abrazo para ti (el de él ya se lo dejé allí).
Allí me voy a leerlo, Lola. Te enviaré una foto de tus Partículas en la Playa del Orzan, en La Coruña. Ya verá que bonitas están.
ResponderEliminarUn abrazo,
David Moreno, con esta hermosa reseña, que suscribo, me brinda un lugar de acogida para contarte un sueño-deseo:
ResponderEliminarEn el y a modo de medicina alternativa, cada premio, mención, cita, elogio... obtenidos a lo largo de tu vida literaria, iban haciéndose un hueco dentro de ti, que ahogaba sin remedio el espacio usurpado por esa bacteria malvada y desleída, con nombre de autogiro.
Pretende un protagonismo que no se merece y que el cariño de todos tus lectores acabará por eliminar fulminantemente.
Besos y fortaleza
Aquí la espero, Pedro. Seguro que las has vestido de largo.
ResponderEliminarBonita manera de enviarme esa fortaleza que hoy necesito, Cora.
Doble de abrazos.
Olé mi niña!!!
ResponderEliminarBesos desde el aire
ResponderEliminarLola, por el comentario de Cora, deduzco que andas pachucha. Alojar una bacteria con nombre de autogiro debe de ser, como mínimo, un incordio. Te deseo una pronta recuperación.
En cuanto a las reseñas de tu libro, te felicito; todas ellas cálidas, ajustadas y merecidas.
Un abrazo para ti. Una orden de desahucio para la bacteria.
Gracias, Rosa, por ese olé torero.
ResponderEliminarYa entregué la orden de desalojo, Nenúfar. Ahora a esperar si me ha hecho caso o pasa de mí. Mil gracias por dejar tan elogioso comentario.
Doble de abrazos.
La leí en mis vacaciones en un momento que tuve acceso a internet. Se nota que, además de que se ha leído tu libro (yo sigo en ello, me lo voy tomando a pequeños sorbos), te conoce bastante bien este indio (cuidado, dicen que antes cortaban la cabellera, y tú tienes una buena mata, Sanabria).
ResponderEliminarUn abrazo para ti (el de él ya se lo dejé allí).