*Il·lustració / ilustración de Walther Sorg.
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Hora de entrar al instituto. Salen. Cinco en dirección al campo de fútbol. Veinte hacia la parada del autobús treinta y cinco. Quince vienen de frente. Los ojos muy abiertos. La boca enorme. Los brazos levantados. Corren. Gritan. Me cubro las orejas con las manos. Dos estampidos. Fran se desploma sobre el cemento. Lucas me apunta con la pistola. Me mira. La baja. Disparan. Anoche llovió a cántaros. Lucas cae de bruces en el charco. Su pelo se tiñe de rojo. Como él quería. Papá no le dejó. Nunca.
Creo que llego la primera para felicitarte, Lola ¡enhorabuena por esta final en la microbiblioteca!. Un micro muy duro y muy visual, con disparo incluido.
ResponderEliminarFelicidades y un besote grande.
Sí, Laura, la primera en dejar un comentario.
ResponderEliminarBesos agradecidos.
Pues yo sigo admirada de verte en muchísimas finales.
ResponderEliminarDe este relato me llama la atención su construcción a base de frases muy cortas, en algunas con fragmentos mínimos, de una sola palabra.. Muy original.
Saludos
Gracias, Anna.
ResponderEliminarDoble de besos.
Creo que cada historia tiene su forma idónea de ser. Incluso diría, me atrevería a decir, que su única forma. En eso consiste la tarea del escritor. Valga tu pieza como claro ejemplo. Ha sido como estar dentro, como sentir el vértigo del síndrome que describes. Formidable, Lola.
ResponderEliminarAbrazos, besos.
Buenas Lola, no iba a ser menos. Muy bueno. Comparto lo que Laura dice
ResponderEliminarEnhorabuena campeona.
Te lo mereces por como escribes.
Un abrazo
Una construcción sobria y bordada desde la perspectiva del muchacho.
ResponderEliminarFelicidades.
Abrazos.
Un relato impactante y como dice Laura, bastante visual.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Besicos muchos.
Felicidades, Lola. Me alegro mucho de verte ahí. Pero mucho, mucho. Además con esta brillante recreación, cómo lo haces??
ResponderEliminarUn abrazo grande, ticher.
Yo también creo, Agus, que cada relato tiene su forma de ser escrito, si se incluye algo de más, chirría, me alegro de que en este lo hayas visto así.
ResponderEliminarGracias, Ponfiel, por tu elogioso comentario.
Sobrio tenía que ser el lenguaje, Xesc,como bien dices.
Vemos a través del chico y como él lo ve, Casa. Me alegro de que te haya impactado.
Como tú, Miguel Ángel. Lo hago como tú. Intento ponerme en el pellejo del otro y voy escribiendo una palabra detrás de otra. A veces lo consigo, más o menos, y otras no.
Abrazos y besos a repartir.
Felicidades, Lola, ahí en La microbiblioteca están concursando casi todos los que conocemos y algunos otros. Por lo tanto sabemos que hay mucho bueno detrás. Ser finalista ya es un meritazo. Respecto a tu relato debo de reconocer mi total desconocimiento de este síndrome. No obstante, tu relato realizado con pinceladas puede acercarme un poco al sentir de Lucas. Muy duro.
ResponderEliminarSiempre, siempre, es un gustazo leerte. Con enormes ganas de tener tus historias en papel. Enhorabuena Lola.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Es cierto, Ximens. Ahí se baten buenas plumas.
ResponderEliminarMil gracias, Rosa. Ya queda menos.
Doble de abrazos.
¡Bravo, Lola! Este es micro formidable, que bien podría haber sido ganador mensual. Por ahorrar letras, suscribo lo apuntado por Agus en cuanto al micro y lo dicho por Ximens en cuanto al concurso.
ResponderEliminarTe dejo una ovación fervorosa.
Un abrazo.
Hola Lola,
ResponderEliminarmuchas felicidades por tu texto. Son esos temas que por razones personales me tocan la fibra. Te has esforzado en ponerte en la piel del personaje y el resultado me parece muy logrado.
Seguiré, si no te importa, tu singladura literaria desde tu blog.
Un abrazo
La contundencia, la rapidez, el despojo de cualquier otra palabra que te quite la visión de lo escrito.
ResponderEliminarBrutal de bueno,
Mucho más que finalista, Lola.
Besos grandes
Felicidades Lola, gran historia y con una construcción impecable.
ResponderEliminarSaludos.
Jo Lola, a menudo me pasa contigo, llego aquí y me quedo sin palabras. Felicidades, eso lo primero y después, qué micro, Lola, repetiría lo que ha dicho Agus... pero sería hacer trampa. Genial y pelos de punta, uff.
ResponderEliminarY besos, claro, muchos
Hasta aquí ha llegado, Pedro. Buenas palmas.
ResponderEliminarGracias, Mei, es un tema muy delicado por desconocido y hay que esforzarse para no sacar los pies del plato. Encantada de tenerte por aquí.
Lo has clavado, Elena. Tú sí que eres contundente.
Muchas gracias Yolanda.
Hay temas que te dejan la piel abrasada, Rocío, como tus niños especiales.
Abrazos a repartir.
Un puñetazo pegado con mucho talento, con una imagen final rotunda.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias, Carlos.
ResponderEliminarDos abrazos y un beso.
Manu, hermoso, que te he borrado tu comentario sin querer junto con otro. Mil perdones.
ResponderEliminarMe decías que hay que el buen escritor es el que se pone en la piel de otro.
Gracias y puñado de besos.
Enhorabuena Lola!!!
ResponderEliminarUn micro más que finalista como dice Elena.
bESICOS
Y enhorabuena por la revista de LA Unoversidad de Colorado.
Gracias dobles, Ro.
ResponderEliminarAbrazos, muchos, muchos.
Me deja nokeada la visión de un "corto" que rebana el resuello... y el colofón, el colofón como guinda tan roja como el pelo deseado.
ResponderEliminarNada te es ajeno.
Un abrazo.
Cora, querida, aún son muchos los temas a los que no llego, quizá ahí esté el anzuelo para seguir.
ResponderEliminarAbrazos con mucho resuello.