Y QUEDARÁ LA NADA
Mi instinto dice que tu perfume ya no es verde; que la mermelada no es música para camaleones; que el néctar dulce del bodoque no existe; que el canto del jilguero nunca más será terciopelo. Mi instinto dice que la soberbia me llevó por caminos equivocados y la ceguera a regresar a un hogar sin chimenea encendida, sin lavanda, sin tu tarareo, sin el quejido chico de la aguja al horadar la tela tensada del bastidor. Mi instinto dice, en fin, que cuando hoy vuelva, desapareceré, como tú, entre las paredes de nuestra casa.
INVASIÓN
Me quedé a esperarla sin pasar de la entrada. Poco a poco, ella había ido tomando cada estancia a pasitos cortos, sin que nada ni nadie pudiera detenerla; y yo, después de mi intento de huida, fui obligada a regresar por los cancerberos de bata blanca y sonda gástrica. Antes de verla frente a mí, con la cara amable de mi bisabuela, olí su perfume de adormidera. Me despedí de mis recuerdos, luego dejé que ella invadiera con un abrazo, el último rincón de mi cordura.
Gracias, Anita.
Gracias, Anita.
Los dos son extraordinarios, pero Y quedará la nada, me deja un nudo en el estómago. Barbaridad de micro.
ResponderEliminarExcelente cosecha para Anita y el Fanzine Ruido
Enhorabuena por la publicación, Lola
La cordura es la como la razón, casi nadie la posee completamente.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Desátate, Patricia, que no quiero que se te quede ese nudo en el estómago.
ResponderEliminar¡Qué sería de nosotros sin una pizca de locura, Antonio!
Abrazos a pares.
¡Que dificil nos lo pones, Lola!
ResponderEliminarNo puedo elegir. Me llevo los dos.
Un abrazo
Gracias a ti por participar, las letras de La Palma ganan con tus relatos, y mira que son buenas aquí las letras, sobre todo en sopa de garbanzas.
ResponderEliminarUn abrazo enorme con achuchón
En ambas piezas destacan las ausencias. Quizá ellas sean las verdaderas protagonistas de los dos relatos. Me interesan especialmente esas ausencias que aún siéndolo, todavía no lo son. Las que conviven con nosotros, y son más reales incluso que las presencias que nos rodean y acompañan. Como siempre, un placer leerte y aprender.
ResponderEliminarAbrazos, besos.
Enhorabuena Lola, dos microrelatos que hablan del "ruido"(la falta de ruido es ruido, un ruido ensordecedor) que dejan las ausencias...
ResponderEliminarUn abrazo
"Quedará la nada" me ha gustado especialmente. A veces descubrimos muy tarde qué es lo realmente importante en nuestras vidas, y entonces, al no poder recuperarlo, desaparecemos. A mí me ha pasado en algunas ocasiones y es tremendo, pero tú, hija, qué bien lo cuentas. Un beso lleno de todo.
ResponderEliminarMuy buenos, me encantó "Y quedará la nada" cuando lo leí, y ahora sigue gustándome. Va a quedar un número de la revista para quedarse el sombrero, son muy buenos relatos los seleccionados.
ResponderEliminarAbrazos
Tuyos son, Pedro.
ResponderEliminarTraéte cuando vengas una sopa de letras con garbanza para probarla, Anita, que me has abierto el apetito.
Siempre atento a captar las esencias de los relatos, Agus, tienes una mirada única.
Y otra que tal baila. Mirada de lince, la tuya, Rosana,para llegar al tuétano.
Pasar, pasa, Mar, y, valga la redundancia, hay que pasar página con costra y todo.
Yo creo que sí, Maite, que hay muy buenos micros seleccionados.
Abrazos a repartir.
Y en lugar del quejido chico, los gritos del silencio. Me chifla especialmente el primero, desde el título, tan poético, tan rotundo y universal, hasta las paredes desnudas de (la que fue nuestra) casa.
ResponderEliminarLo he leído en alguna parte, y hace bien poquito, pero el dónde, ay el dónde, eso es un misterio :-)
Besos.
Es una publicación muy maja, Lola. Ojalá que hubiera más así.
ResponderEliminarVale, abrazo sin mordisco (por esta vez),
P
Creo que son dos micros muy adecuados al nombre del fanzine: Ruido. Porque en ellos hay tanta ausencia que el "ruido" es atronador.
ResponderEliminarInvasión es mi preferido.
Besitos
Las casas, Alberto, contienen grandes historias. Y grandes misterios.:-)
ResponderEliminarSí, Pablo, ya tengo la primera en mis manos.
Invasión tiene lo suyo, Elysa.
Abrazos madrugadores a repartir.
El primero es un examen de conciencia tardía. Es triste, la soberbia que nos absorbe.
ResponderEliminarEl segundo no llego a captar el mensaje. Torpe que estoy.
No te preocupes Ximens, a veces, yo tampoco me entiendo a mí misma.
ResponderEliminarAbrazos medio locos.
Lola, este ruido suena a música celestial. Como dice Agus están llenos de ausencias, esa es la nada mas absoluta cuando el recuerdo y el olvido baten en los acantilados de la memoria. Esas olas destrozan la playa, erosionan las mentes y cercenan la cordura.
ResponderEliminarMe quedo con el primero, porque a veces nosotros mismos somos nuestro principal enemigo, y por ese lenguaje trabajado, y ese regurgitar de campo que hay en cada una de las palabras.
Un abrazo y felicidades por la publicación.
Los 2 micros están muy currados, llenos de matices. Como siempre. Marca de la casa.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Xavier por no haber hecho oídos sordos a los micros.
ResponderEliminarHola José Agustín. Marcado queda tu paso por aquí.
Abrazos pareados.
Un placer compartir publicación contigo. Tú micro se llevó mis tres puntos :)
ResponderEliminarYa verás qué chula la revista, Marina.
ResponderEliminarBesos agradecidos por los tres puntos.