Después de la intentona, el capitán me encargó de su custodia. Yo vigilaba sus ojos en la oscuridad, él me vigilaba a mí. Pasamos la noche hablando. Yo le conté las fatigas de mi trabajo; él de qué huía. A las cinco de la madrugada vi las hogueras en la costa, guiándolo para darle cobijo en casas de gente anónima. Ocultos por las últimas sombras, estarían los de la Guardia Civil. Le di la espalda y enseguida escuché el chapoteo en el agua.
Me gustó el que alguien hablase de ese momento previo a saltar al agua y huir, de justo ese momento.
ResponderEliminarUn beso
Bien por este protagonista que facilitó "la huida" aunque tal vez no lo fuera tanto. Duro y complicado tema el que afrontas hoy, abierto a multitud de debates. Abrazos.
ResponderEliminarGracias Luisa por rescatar ese momento.
ResponderEliminarSí, Maite, hoy más que nunca, abierto al debate. Gracias por apuntarlo.
Besos dobles para ambas.
Incluso, por unos instantes, logras que nos olvidemos de quiénes son, de cómo son, de qué color son, y simplemente vemos a dos personas iguales hablando, de sus cosas, ajenos por un momento a sus vidas. Esta es la grandeza de este micro, el mensaje. Aunque luego la realidad se imponga y el chapoteo del agua devuelva a cada a hombre a su realidad. Chapeau, Lola!.
ResponderEliminarAbrazos.
Si he conseguido eso que dices, me doy por satisfecha. Fantástico análisis. Otra vez.
ResponderEliminarBesos agradecidos.
Si logra su cometido soñará con esa bella espalda.
ResponderEliminarBesos
Je,je, la palabra de verificación es molon
Si lo logra. Molón, determinación, buen dúo de palabras.
ResponderEliminarBesos molones.
Esta es una historia de lucha, de solidaridad, de desafío, de sufrimiento..., un sufrimiento que no se describe, pero que se adivina de modo poderoso.
ResponderEliminarEn el diálogo entre ambos hombres debió de haber dolor por parte de quien huía, empatía y conmiseración por parte de quien custodiaba. Afortunadamente, no todo quedó en buenos sentimientos(necesarios pero no suficientes). Se pasó a la acción (o no acción, en este caso),y todo acto aunque pueda parecer pequeño, nunca es despreciable.
Un abrazo,Lola.
Totalmente de acuerdo en eso de que todo acto, aunque pueda parecer pequeño, nunca es despreciable. Yo creo, Nenúfar, que cada uno, en la medida de sus posibilidades, puede poner su grano de arena. Gracias por decirlo tan bien.
ResponderEliminarBesos nocturnos.
Me parece estupendo que estés de acuerdo. Gracias por la corrección de puntuación. Como yo no me dedico a esto de escribir, no lo hago demasiado bien, pero creo que sabrás disculparme.
ResponderEliminarOtro abrazo.
Tus protagonistas (muchos de ellos) tienen una humanidad inusual. No llego a tiempo de añadir ya nada más, pero has vuelto atocarnos con el tema y con las pequeñas decisiones de tus chicos que lo dicen todo.
ResponderEliminarBesos (hasta mañana!!! ;-)
No creo Nenúfar que yo pueda corregirte a ti. Escribes muy bien y creo que, si ahora no, sí que te has dedicado a esto.
ResponderEliminarRocío, supongo que ya andarás por los Madriles. Gracias por tu comentario. Te veo en pocas horas.
Besos a las dos.