LA COLADA DE LOS LUNES
Los lunes había colada. No me cansaba de mirar, desde mi terraza, las prendas íntimas, negras, rojas, blancas y rosas, cogidas con pinzas de colores del tendedero vecino, Al atardecer, como por ensalmo, desaparecían.
La última noche de vacaciones, mis amigos y yo nos armamos de valor y visitamos el lugar prohibido. Elegí a la chiquilla de pelo corto y piernas largas. Se quitó el vestido. Delimitando el vientre plano, las caderas estrechas y los muslos tiernos de niña, descubrí una de aquellas prendas. Intenté tragar saliva. Fue como si un hueso de albaricoque se hubiera atravesado en mi garganta.
Estoy preparado, dijo. La abuela siguió con el ganchillo. Mamá se fue a la compra. El tío Antonio se despidió hasta el día siguiente. Mi hermano se encerró en la habitación y puso la música a tope. En cambio yo, esta vez creí a papá. Abrí el armario y saqué el traje gris marengo, la camisa blanca, la corbata azul, los calcetines y los zapatos negros. Luego me senté a esperar. Enseguida se le puso cara de muerto.
Los leo y releo y no sé cuál me gusta más!
ResponderEliminarLa colada de los lunes deja entrever cosas que preferiría no pensar, que se atragantan como el hueso de albaricoque.
Amagos es el cuento del lobo llevado a terreno negro, estupendo.
Qué arte Lola
Un abrazo
Hola Anita. ¡Ay, lo íntimo qué juego da!
ResponderEliminarY aquel juego de: amagar, amagar, pero no dar...
Gracias guapa.
Besos al cuadrado.
En ambos consigues, Lola, eso tan difícil de que hablaba Piglia, de coser el micro con dos hilos, la historia visible y la soterrada. Me gustan los dos, quizá más el segundo porque en éste veo hasta un tercer hilo ya que no sabría decir si ignorar los amagos es más por costumbre o por miedo.
ResponderEliminarLolita, otra vez brillando en el elenco de estrellas ¿eh? ¡me alegro muchísimo! Oye, qué buenos son los dos, me han gustado mucho, y me pasa como a Anita, como ahora me decido por uno, y al rato me decido por el otro, me voy a terminar quedando con los dos!! Un besazo
ResponderEliminarEnhorabuena también por aquí, Lola. A seguir.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué buenos, Lola. El segundo me encanta, ya sabes que me pirro por el humor negro. Y este lo es, negro, negro, pero con este toque de ternura que lo hace irresistible. Últimamente, me fijo - para aprender - en la forma tan tuya que tienes de rematar los textos. Es como una estocada precisa, certera. Aquí sin ir más lejos, tenemos dos buenisimos ejemplos. En fin, tu sigue escribiendo que nosotros seguiremos disfrutando.
ResponderEliminarUn abrazo y besos a tutiplen.
¡Qué bonito, Jesus, eso de coser el micro con dos hilos! Me lo quedo.
ResponderEliminarBesos a destajo.
Bueno, Maite, tampoco es para tanto. Pero te agradezco el entusiasmo con el que tratas los micros.
ResponderEliminarBesos al cubo.
Pues yo Agustín también te copio que para eso le das a la tecla como le das. Así que podría decirse que intercambiamos miradas.
ResponderEliminarGracias.
Besos a mogollón.
Víctor duplicado, ¡qué bien vislumbrar ese ojo dos veces!
ResponderEliminarGracias aquí también.
Abrazos dobles.
Los dos tienen sus cosas: el primero es más emotivo, habla de la iniciación a la vida sexual con todos los fisgoneos y dudas; pero prefiero el segundo, por hiper-realista. El 'esta vez...' da la pauta de reiteración, justifica lo que viene después: cada uno se pone a hacer sus cosas, incrédulos o medio hartos porque eso ya ha ocurrido otras veces. Está perfecto: es como decir que él se va cuando se le canta. De este micro me gusta que presenta a la muerte desafectada de su connotación trágica, con mucha naturalidad, incluso hasta como una decisión personal. Me encantó, Lola.
ResponderEliminarUn abrazo.
Buen análisis, Mónica. Gracias por detenerte aquí y dejar tus comentarios.
ResponderEliminarBesos triples.
Enhorabuena por tus micros.
ResponderEliminarMuchas gracias, jordim, y bienvenido al blog.
ResponderEliminarAbrazos.
Enhorabuena Lola, me han gustado mucho los dos... Y estoy feliz de aparecer a tu lado como finalista.
ResponderEliminarBesos
David.
Arrasas con todo, publicación por aquí, ganadora por allá, finalista por aquí...
ResponderEliminarQue no pare, jeje
Un saludo indio
Del primero, me pasa como a Ana, me da una sensación un poco fea.
ResponderEliminarEl segundo, con el título, genial.
Un beso.
No defraudas Lola. Muy buenos. Me gusta mucho el segundo por lo mismo que dice Mónica. Me muero cuando yo diga y sanseacabó y luego esa indiferencia familiar. Le quita hierro al asunto, me gusta porque lo convierte en una acción más (por qué no? Tenemos demasiados prejuicios y miedos respecto al tema).
ResponderEliminarBesos de puente....;)
David, Indio, Tor, Rosana, gracias al cuarteto de las españas que no de Alejandría.
ResponderEliminarMillón de besos no devaluados.
Lola, me han encatados. Los dos...
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Gracias paisano.
ResponderEliminarBesos multiplicados.
Enhorabuena por las menciones.
ResponderEliminarVeo que han puesto la lista definitiva de finalistas. Cuando vi la resolución me llamó la atención que los relatos finalistas fueran los tres del mismo. David Figueroa, pero veo que han añadido más textos. De ahí mis sospechas, no sé es algo raro que pase eso. Menos mal que han añadido algunos más.
Me quedo con el segundo.
Gracias, Daniel por tu comentario. Te regalo el segundo.
ResponderEliminarY bueno, yo creo que aunque sólo hubieran elegido los de David como finalistas, no es razón de peso para sospechar del concurso. Tampoco que no te gusten los ganadores. Si a eso fuéramos, según mi gusto personal, habría muuuuucho tongo por ahí. Ya sabes que lo bonito de la escritura es que no es como las Matemáticas. No existe el dos más dos cuatro. Es más plástica, más subjetiva. Únicamente se puede ser objetivo en cuanto a las normas básicas de la Lengua, la verosimilitud, la ortografía, la sintaxis, y esas cosas. Así que, a no ser que se cuente con otros elementos debidamente contrastados, hay que tener cuidado con lo que se dice. Pero me alegra mucho, muchísimo, que, en lugar de tener una reacción de cabreo, hayas venido aquí a escribirme. Te honra.
Besos al cubo.
hahaha
ResponderEliminarMe gustan mucho los dos. Ambos tienen un final contundente.
Felicidades, Lola :D
Muchas gracias, Edgar.
ResponderEliminarPuñado de besos.
Me gustó mucho el primero. Se me ha hecho difícil escribir cuentos así, tiernos, cuentos con el ojo que guiña y que me hacen cómplice.
ResponderEliminarel segundo está muy bueno también, pero seguro yo, hoy, quería ser un poco menos negro.
Te alabo el gusto,Juan.
ResponderEliminarBesos dobles.