Lola, ya no es tan fácil encontrarte, aunque creo que este me sonó a la Niña la Puebla. Me gusta, es divertido y fresco, evoca una época en la que unas perras eran importantes y los niños jugaban con tambores reales y no virtuales.
¿Quién no le ha sisado unos durillos a su madre?. Yo no Lola, yo era el que tocaba el tambor. Me encantó. La última frase, en efecto, es como un redoble. Enhorabuena.
Vaya ideas que tienes!! lo digo por lo de regalar a tu hermano un tambor ;-) Muy bien, Lola, a este paso Montero te va a entregar 140 trofeos :-D y yo que me alegro. Besos.
Yo sí le sisaba,Agus. Y luego me presentaba con la pelota y, claro, me pillaba. Pero tengo hermana, no hermano, así que lo del tambor es pura invención.
¿Un beso horrográfico? ¡Qué miedo, Tor!
Me divierto, Maite, con estos micro-micros y eso ya es mucho.
Me alegro de que te gusten este tipo de micros, Gabriel, me alegro de que comentes en mi blog. Me alegro.
Yo, para regalar un tambor a mi hermano, tendría que haber vuelto a sisar a mi madre; y eso suponiendo que mi padre aceptase que mi querido hermanito llegase a tocar el tambor, cosa que dudo.
Lola me encantó este 140 cuando lo leí porque has sabido conectar con la niñez. Jejeje ya no me sentiré culpable por haberle sisado monedas a mi madre. Lo del tambor es genial , lo cierra muy bien.
Gracias Rosana. Antes de la selección final, eligió otro que a mí me gustaba más porque tenía más fundamento, pero ¡ay!, con una rima. Así que, bienvenido sea el que eligiera este otro.
Lola, ya no es tan fácil encontrarte, aunque creo que este me sonó a la Niña la Puebla. Me gusta, es divertido y fresco, evoca una época en la que unas perras eran importantes y los niños jugaban con tambores reales y no virtuales.
ResponderEliminarGracias Elisa, me alegro de que te guste.
ResponderEliminarBesos dobles.
¿Quién no le ha sisado unos durillos a su madre?. Yo no Lola, yo era el que tocaba el tambor. Me encantó. La última frase, en efecto, es como un redoble. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo y besos, por supuesto.
Je, je. Ladronzuela. Un beso horrográfico.
ResponderEliminarVaya ideas que tienes!! lo digo por lo de regalar a tu hermano un tambor ;-) Muy bien, Lola, a este paso Montero te va a entregar 140 trofeos :-D y yo que me alegro. Besos.
ResponderEliminarFelicidades, Lola.
ResponderEliminarMe gustan mucho estos micros de historias sencillas y concisas; con final sobrio y tajante.
Abrazo
Gabriel
Yo sí le sisaba,Agus. Y luego me presentaba con la pelota y, claro, me pillaba. Pero tengo hermana, no hermano, así que lo del tambor es pura invención.
ResponderEliminar¿Un beso horrográfico? ¡Qué miedo, Tor!
Me divierto, Maite, con estos micro-micros y eso ya es mucho.
Me alegro de que te gusten este tipo de micros, Gabriel, me alegro de que comentes en mi blog. Me alegro.
Puñado de besos volados. A repartir, claro.
Yo también he abierto sigilosamente más de un monedero, pero no tuve hermanos ni hermanas.
ResponderEliminarMuy buen micro, Lola, ameno y pícaro.
Un abrazo.
Hahaha. Muy ingenioso, Lola. Me gustó mucho.
ResponderEliminar(Y leyendo los comentarios, ha, me descubrían de la misma manera. Qué cosas.)
Un abrazo.
Así que es universal lo de sisar monedas. Somos chicas malas, Mónica.
ResponderEliminarEl gusto es mío por recibirte, Edgar.
Besos a pares repartidos.
Yo, para regalar un tambor a mi hermano, tendría que haber vuelto a sisar a mi madre; y eso suponiendo que mi padre aceptase que mi querido hermanito llegase a tocar el tambor, cosa que dudo.
ResponderEliminarSupongo que pagado por tu madre, lo que la convierte en cómplice de tus robos...
ResponderEliminarMuy divertido
Un abrazo
Muy bueno.
ResponderEliminarMe pregunto cuando empezarán a hacerlo mis hijos... pero sí, yo también sisaba en el monedero.
ResponderEliminarAbrazos
Qué regalo más inteligente! Como el micro.
ResponderEliminarBesos.
David.
Lo peor es que el del tambor, además de no llevarse monedas, se llevará algún que otro pescozón por ruidoso, ¿no?
ResponderEliminarInvertir, Luisa, la paguita en comprar un tambor, puede resultar muy rentable.
ResponderEliminarClaro, Bi, seguramente pagado por mi madre o mi padre o mi abuelo... Lo importante era ahogar el click y sacar más dinerito.
Me alegra, Daniel, que te parezca muy bueno.
Anita, pon un cascabel y verás cómo caen.
Bueno, David, si tú lo dices, yo me lo creo. Lo de inteligente, digo.
Eso creo yo, woody. Y posiblemente acabe roto por mano invisible y en la basura.
Puñado de besos volados a repartir.
Lola me encantó este 140 cuando lo leí porque has sabido conectar con la niñez. Jejeje ya no me sentiré culpable por haberle sisado monedas a mi madre. Lo del tambor es genial , lo cierra muy bien.
ResponderEliminarBesicos
Gracias Rosana. Antes de la selección final, eligió otro que a mí me gustaba más porque tenía más fundamento, pero ¡ay!, con una rima. Así que, bienvenido sea el que eligiera este otro.
ResponderEliminarBesos al cubo.
Es que de vez en cuando, en vez de ortografía, tengo horrografía.
ResponderEliminarSeguro que me entiendes.
Besos.
¡Qué ganso eres, Tor!
ResponderEliminarBesos horrográficos.
Enhorabuena Lola, me ha gustado este micro. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias, sucede, me alegro de que te guste.
ResponderEliminarBesos, mil.
Qué buen micro!; cómo no lo pensé antes...haber pedido un hermano para después darle un tambor!
ResponderEliminarSí, haber aprovechado Reyes para pedírtelo. Te resuelve mucho.
ResponderEliminarBesos a puñados.