VUELO SIN RETORNO
No dije que lo sabía. Porque nunca me creyeron. Porque se retiraban a mi paso. Porque era la comidilla del barrio. Porque decían que acabaría en un manicomio como mi madre. Porque esta vez no corría ningún riesgo de vivir el resto de mi vida con remordimientos. Dejé a mi hermana en el hospital y fui a despedirlo al aeropuerto agitando mi pañuelo mojado de llanto.
VIOLETAS
No dije que lo sabía cuando me habló de las poesías. Ella enhebra la aguja en silencio, con las gafas en el despeñadero de la nariz. Yo la miro, a hurtadillas, por encima del periódico. Sorbe una lágrima rebelde. Parpadea. También a mí me gustaría llorar, pero no puedo. Se queda un momento extasiada con la polilla que busca la luz del farol. También a mí me gustaría soñar, pero no sé. Deja prendida la aguja en el bajo de los pantalones, se levanta y camina por el corredor hacia la cocina. Levanta la mano derecha y acaricia, al paso, el ramito de violetas.
VIOLETAS
No dije que lo sabía cuando me habló de las poesías. Ella enhebra la aguja en silencio, con las gafas en el despeñadero de la nariz. Yo la miro, a hurtadillas, por encima del periódico. Sorbe una lágrima rebelde. Parpadea. También a mí me gustaría llorar, pero no puedo. Se queda un momento extasiada con la polilla que busca la luz del farol. También a mí me gustaría soñar, pero no sé. Deja prendida la aguja en el bajo de los pantalones, se levanta y camina por el corredor hacia la cocina. Levanta la mano derecha y acaricia, al paso, el ramito de violetas.